En la comunidad de vecinos reina el caos. Por otra parte, Emilio se traslada a vivir con Belén sin la aprobación de Alicia y mucho menos de la de Concha, aunque sí la de Mariano que se queda sólo en la portería. Andrés está en busca y captura por fraude fiscal e Isabel, para mantener la familia, pone un próspero centro de yoga en su piso. Marisa, Vicente y Concha no lo aprueban y acuden al presidente de la comunidad para poner una queja.
La familia de Juan Cuesta está sumida en la anarquía doméstica. Menos mal que Nieves, la hermana de Juan Cuesta, llega al hogar para organizar la vida de todos, incluida la de la comunidad, ya que ella, al igual que su hermano, también es la presidenta su bloque. Aunque esta comunidad es distinta a todas.
Juan e Isabel comienzan a sentirse atraídos sexualmente. Juan le confiesa a su hermana esa atracción aunque no le da nombres, y Nieves, muy posesiva, se ofende. Además, Andrés sale de la cárcel porque Vicenta la ha pagado la fianza. Lo que no sospecha es que va a intentar cobrársela. Andrés va a tener que utilizar todas las artimañas posibles para intentar deshacerse de Vicente.
La convivencia entre Lucía y Alicia se complica, y no solo por las cuestiones domésticas, sino que ambas compiten para ver quién es la que más liga. Entretanto, Roberto, que se ha instalado en la buhardilla, empieza a sentir celos de Lucía y él para no ser menos se inventa una novia. Pero el problema más grave lo tiene Mariano. La comunidad necesita dinero para cambiar el ascensor y Nieves propone alquilar la portería. Cuando le ponen una multa a su coche nuevo, Mauri descubre que ha sido Belén, que ha conseguido trabajo como empleada municipal.
Vicente anuncia su boda con Néstor, un cubano. Los vecinos creen que esta siendo engañada, pero cuando ella misma les confiesa que se trata de un matrimonio de convivencia, por el que va a recibir cinco mil euros, son muchos los que se apuntan, y así, la comunidad de vecinos se prepara para celebrar nada menos que cinco bodas al mismo tiempo. Entretanto, Roberto, instalado en el ático y sin dinero, empieza a atracar por las noches la nevera de Lucía. Cuando Lucía lo descubre piensa que es Alicia, que tiene problemas con la comida, pero ésta piensa lo mismo de ella.
Carlos, el ex novio de Lucía y también de Belén, decide que su fracaso con las mujeres es debido en realidad que es gay. Así que acuda a Mauri para que le enseñe, pero Mauri está encantado con el cubano de Vicenta.
Emilio empieza la universidad y deja a su padre de sustituto en la portería. El primer día de clase se siente desplazado de los jóvenes, pero enseguida va a aprender que hacer para integrarse.
Lucía quiere montar un restaurante y consigue que Carlos sea su socio. La primera en pedirle trabajo es Alicia, pero Belén también lo necesita y Lucía se siente obligada. El rumor se expande por el patio, y no sólo Marisa, Vicenta y Concha acuden raudas, sino también Mariano se ofrece de aparcacoches. Y Lucía en su empeño en demostrarle a su padre que es autosuficiente, se pone manos a la obra para inaugurar el próximo viernes. Mauri conoce a Diego, el hermano de Lucía, y se enamora perdidamente de él; mientas tanto, la atracción entre Juan e Isabel va en aumento, y la situación se complica. Y mucho…
Un niño nuevo del colegio le pega y le roba zapatillas a José Miguel. Su padre le sugiere dialogar con él, pero su tía Nieves le aconseja que le pegue. José Miguel sigue su consejo y el padre del niño se presenta en casa de Juan Cuesta y le desafía a una pelea. Él la rechaza pero la comunidad de vecinos le obliga a aceptar el reto y las apuestas se ponen en marcha.
Emilio está muy ocupado estudiando con su nueva compañera Arantxa, pero Belén quiere que pase más tiempo con ella. Mauri y Diego se reencuentran, aunque Diego aún duda de su condición de homosexual y no quiere separarse de mujer. Juan e Isabel deciden dejarlo y volver a la normalidad. Pero Andrés, que sigue preocupado por las sospechas de infidelidad de Isabel, trae un psicólogo a casa para hacer terapia familiar.
Gustavo, el director del colegio, se va de puente y le deja el canario a Juan para que se lo cuide. Juan está encantado, pero no así los vecinos, que con los cánticos del pájaro no consiguen pegar ojo en toda la noche y convocan una junta para decidir cómo “deshacerse” de él.
Arantxa, la compañera de Emilio en la facultad, se pelea con sus padres y Emilio – son consultar con Belén- le ofrece quedarse con ellos, en la habitación que ahora les sobra. Además le pide a Lucía que le dé trabajo de camarera. Ni Belén ni Alicia, que ve peligrar su trabajo, están conformes con este nuevo fichaje. Los que sí lo están son Roberto, Pablo, Paco y José Miguel, que van a la facultad para ver si ligan. Diego y Alba se presentan en casa de Mauri para acompañar a Bea a la ecografía. Como Alba se va a un congreso, Diego le propone a Mauri pasar los dos días juntos pero encerrados en su casa para que nadie los vea.
Una pitonisa ambulante le echa mal de ojo a Emilio y las desgracias se suceden en la comunidad de vecinos: la caldera se rompe, el ascensor se estropea, Belén cree estar embarazada, y Alicia –que por fin ha conseguido un papel-, se cae por la escalera. Todos están convencidos de que Emilio es gafe, y para solucionarlo Juan Cuesta celebra una junta de vecinos extraordinaria donde acuerdan una derrama para curar el mal de ojo.
Roberto intenta son éxito vender sus caricaturas a los vecinos y Lucía, a sugerencia de Alicia, le ofrece el restaurante para que exponga allí sus dibujos. Bea ya no soporta más el lío en que Mauri y su amante Diego le han metido, y amenaza a Mauri con decir la verdad. Por otra parte, Andrés, ya reconciliado con Isabel, se preocupa por Juan y le busca una amiga de yoga de Isabel para una cita: una cena en su casa los cuatro juntos.
Un famoso torero va a celebrar su boda con un modelo en el restaurante de Lucía para evitar a los fotógrafos de la prensa rosa. Lucía les da el día libre a todos los empleados y contrata personal cualificado para que la celebración sea un éxito.
Vicenta se va de viaje a visitar a una tía suya enferma y Marisa y Concha –que nunca hacen las tareas de la casa-, llaman a un anuncio de jóvenes voluntarios diciendo que están incapacitadas para conseguir que alguien le haga todo gratis durante esos días. Mauri está agotado con su nueva relación con Diego. Todas las noches sales de marcha y los días lo pasan haciendo puenting y deportes de riesgos. Pero él no quiere dejar solo a Diego un momento para que no se lo quiten, así que tiene que aguantar como puede.
La fachada del edificio aparece pintada con graffitis firmados por un tal Tornado. La policía sorprende al autor: José Miguel. Una asistenta social recomienda a Juan Cuesta que pase más tiempo con su hijo y él decide dejar la presidencia de la comunidad. Vicenta pasa a ser presidenta en funciones, y Andrés consigue convencerla a ella, a Marisa y a Concha para hacer varios estropicios y contratar para arreglarlos, a cambio de una comisión, a unos chapuzas conocidos, engañando al seguro.
Tras el fracaso del restaurante, Lucía está deprimida y se encierra en casa a comer helados. Roberto intenta, entonces, la reconciliación. A Bea la despiden de la clínica veterinaria por estar embarazada y Mauri comienza una cruzada a favor de los derechos de las embarazadas, pero se le cruza Rosa, la abogada de la clínica, que también resultará ser lesbiana.
Las archidiócesis ha convocado un concurso de belenes vivientes y Juan Cuesta propone a los vecinos participar, con la intención de ganar un premio de mil quinientos euros. El padre de Lucía le envía una enorme cesta de Navidad, como regalo para volver a trabajar en su empresa. Emilio la deja en la escalera y Juan piensa que es un obsequio del director de su colegio, así que los Cuesta dan buena cuenta de su contenido.
Roberto, picado por Carlos, que le culpa de que Lucía se haya rendido a su padre, decide resucitar el restaurante, y junto con José Miguel, Paco, Alex, Natalia y con la inestimable colaboración de Mariano como cómico, pone en marcha uno de comida rápida. Entretanto Mauri está preocupado: Rosa –la nueva novia de Bea-se quiere apropiar de la paternidad de su hijo, y él ha sorprendido a Diego mirándole el culo a una chica muy guapa.
Es Nochevieja y todos se preparan para celebrarla: en el videoclub, Paco, Alex y Pablo, con José Miguel como dj, preparan una “macro fiesta”. Belén ha invitado a sus padres para presentarles oficialmente a Emilio. Mauri también prepara una fiesta a pesar de lo avanzado del embarazado de Bea- para presentar a Diego a sus amigos gays. Diego, asustado ante la idea, se refugia en casa de Lucía, que iba a pasar la noche sola, pero Alicia monta una fiesta con todos sus ex.
Pero no todo son fiestas, ya que tras descubrirse el idilio ente Juan e Isabel la tensión es general en ambas familias, y crece cuando Juan convoca una Junta para invitar a los vecinos a cenar y así reconciliarse. Andrés, picado, también invita a todos a su casa. Así pues, Marisa, Concha, Vicenta y Mariano (los únicos que no tenían planes), sopesan ambas ofertas antes de decidir cuál aceptar.
Mauri necesita una habitación para el niño, para evitar que Bea se vaya con Rosa, que tiene un piso más grande. Andrés convoca su primera Junta como presidente, en la que no se aprueba la reforma. Aún así, decide seguir a delante, y Marisa, Vicenta y Concha se proponen boicotearle. Entretanto, Andrés se traslada a vivir al ático e Isabel a casa de Juan. Pero Nieves no se va, y la casa se queda pequeña. Deciden tirar el tabique sin comunicárselo a la comunidad y unir las dos casas, la de Isabel y la de Juan. Pero en casa de Lucía sale una enorme grieta que les delata.
Emilio sigue en la portería con su padre. Belén no quiere saber nada de él, pero Victoria, la madre de Alicia, una actriz de la época del destape, viene a pasar unos días con su hija, y le tira los tejos Emilio, destapando los celos de Belén a la vez que el deseo de Mariano.
Isabel vende su piso a una inmobiliaria que lo alquila a un grupo de macarras para que hagan la vida imposible a los vecinos y tengan que vender más barato. Andrés, tras recuperarse de la angina de pecho, vuelve a casa, pero Isabel no quiere hacerse cargo de él y es Vicenta quien se ofrece a ayudarle. Lo instala en su casa, y también acoge a sus hijos, Pablo y Alex. Así pues son Concha y Marisa las que acaban en la calle, pero ellas se van a casa de Alicia y Belén.
Mientras, Mauri y Bea no se ponen de acuerdo con el nombre para el bebé, y además Bea quiere bautizarlo. Belén sigue preocupada con el posible embarazo pero no quiere hacerse la prueba. Tanto ella como Lucía comienzan a tener celos de Alicia porque ha encontrado al hombre perfecto y deciden seguirle para descubrir qué oculta.
Mauri y Bea quieren bautizar a su hijo sin que los vecinos se enteren. Como eso es algo imposible, radio patio enseguida da la noticia. El día anterior al bautizo, Bea se va de viaje y le deja el niño a Mauri, quien recibe una llamada de tu revista diciéndole que debe ir urgentemente a París a hacer una entrevista. Así pues, es Diego quien se queda al cuidado de Ezequiel. Pero Diego no sabe qué hacer con un bebé y se lo deja a Vicenta, Marisa y Concha, que ven la oportunidad de sacar algo de dinero con el niño y lo presentan a un casting para un anuncio.
Emilio sigue empeñado en que Belén se haga la prueba del embarazado. Belén, ya harta, le pide a Alicia que se la haga ella, para enseñarle a Emilio el predictor con el resultado negativo. Pero la prueba da positiva. Nieves declara la guerra a Isabel y recluta a Andrés y a sus hijos para que le ayuden a hacer la vida imposible a la nueva pareja.
El colegio de Juan cierra y se queda en el paro. Nieves le ofrece montar una academia en el segundo B, pero en realidad es una estrategia para mantener ocupado a Juan y propiciar así el acercamiento entre el Andrés e Isabel. Belén a decidido dar un vuelco en su vida y recurre a una agencia matrimonial. Su primera cita resulta ser su hombre ideal, y como quiere precipitarse se despiden con un beso en el portal. Pero Lucía le aconseja que no pierda el tiempo y que se acueste con él.
Diego va a jugar un partido de fútbol con sus amigos del barrio, que no sabe que es gay, y le prohíbe a Mauri que vaya a verle. Pero Mauri va y se convierte en la estrella del equipo. Lucía ha encontrado trabajo vendiendo aspiradores. Carlos, para ayudarle, le compra un coche, y Roberto –que no quiere ser menos-, se ofrece a dar clases de conducir a Natalia para conseguir dinero y hacerle un regalo. Le coge el coche prestado a Lucía, y tienen un accidente.
Carlos compra el videoclub y asiste a su primera junta de vecinos como propietario, una junta en la que, como es habitual, todos discuten, y en la que también se descubre que nadie conoce los estatutos. Andrés, como presidente, les obliga a leérselos, pero la solución es peor ya que ahora todos saben cuáles son sus derechos y los exigen.
Emilio, justo antes de un examen, tienen un idilio con una profesora pensando que le va a probar. Mauri y Bea se dan cuenta de que necesitan una niñera, y Lucía y Alicia encuentran trabajo en un programa de televisión.
Mientras Carlos comienza con éxito su mandato de presidente de la comunidad introduciendo grandes mejores, Juan se queda sin alumnos en la academia y tiene que recurrir a Mariano, que le consigue unas prostitutas alumnas. Pero los problemas de Juan empeoran cuando Nieves, ofendida porque él e Isabel han comunicado su boda, se trae a Paloma del hospital en silla de ruedas aduciendo que no quedan camas libres.
Vicenta y Concha venden sus pisos al banco a cambio de un sueldo al mes hasta que se mueran. Marisa sospecha que el banco las va a intentar asesinar, mientras Belén y Alicia, que están de alquiler, se preocupan por la salud de Concha. Emilio sigue saliendo con su profesora y el Padre de Carmen, el rector, le ofrece el título de de profesor a cambio de que deje a su hija. Lucía empieza a trabajar de dependienta en el videoclub de Carlos, quien ve ahí otra nueva ocasión para seducirla.
Comienzan los juicios de divorcio, de un lado ente Isabel y Andrés, y de otro entre Juan y Paloma. Andrés, que ha contratado a Rosa de abogada, le reclama a Isabel la mitad del dinero del piso y una pensión para él y para los hijos. Como Pamplona está en coma, para solucionar el divorcio de Juan se convoca un consejo familiar al que acuden los padres de Paloma.
Lucía no está segura de que deba volver con Roberto y le sugiere que solamente compartan piso. Belén, como ya tiene a Alicia, está buscando a otra persona para pagar el alquiler. Roberto acepta y se traslada a vivir con ella. Lucía se ve obligada a buscar a otro inquilino y Mauri le presenta a un amigo suyo gay. Entretanto, Mauri continúa feliz con su triángulo amoroso. Cree que tanto Diego como Abel están enamorados de él.
Carlos, debido a la baja rentabilidad del videoclub, decide convertirlo en un espacio multifuncional y monta un bar de copas nocturno. Juan descubre un trapicheo de pastillas en la puerta y tiene un problema con un camello. Por otra parte, Belén consigue una nueva compañera de piso, Lola, una recién divorciada, de 37 años, dispuesta a disfrutar de la vida. Belén y Lucía a su lado se sienten viejas y deciden apuntarse con ella a ligar yogurines.
A Concha le toca un bingo especial pero lo oculta. Debe ya cinco meses a la comunidad y están todos son calefacción por su culpa. Marisa, Vicenta, Mauri, Emilio, y la mayoría de los afectados, montan un comando para conseguir que lo que debe.
Para sacarse algún dinero Juan se ofrece de cobaya a unos laboratorios y prueba unas píldoras para el crecimiento del cabello. Isabel escucha una conversación en el hospital y cree que Juan se va a morir. Se lo comunica a los vecinos, que enseguida convocan una junta para hacerle la vida más fácil y ella, además, decide adelantar la boda.
Diego y Abel vuelven del viaje con la intención de casarse. Ya tienen fecha para la boda, pero Mauri quien por supuesto no quiere que se casen-, va a recurrir al chantaje psicológico para que le cedan la fecha a Isabel y Juan. Lucía, Belén y Lola montan una línea erótica en casa para sacar algún dinero. Emilio y Carmen cumplen un mes juntos y lo van a celebrar, pero Emilio, obsesionando con el regalo, recurre a Belén. Roberto escucha cómo una amiga de Bea que también quiere ser madre le pide a Mauri que le haga el mismo favor a cambio de dinero. Se lo comunica al consejo de Sabios y enseguida se apuntar a donar esperma.
Lucía y Belén consiguen trabajo de cajeras en un supermercado. Se enteran de que se va a celebrar un sorteo para promocionar una marca de aceitunas y que el premio viene en una de las mil latas que el supermercado va a recibir. Convocan una junta de vecinos donde se ponen de acuerdo para comprar todas las latas y ganar el premio.
Roberto, agobiado por sus problemas de alopecia y esperma de mala calidad, decide ponerse en forma. Mariano le consigue un gimnasio gratis donde lo apunta de sparring. Entretanto, Emilio está muy arrepentido de haber dejado a Carmen y trata de recuperarla dándole celos, y lo intenta primero con Belén y luego con Lola. Pablo y Natalia están en crisis por la rutina de la convivencia. Y, por último, Mauri le encarga a un becario de su periódico que investigue la fecha de la boda entre Diego y Abel.
Aprovechando una ola de robos por la zona, Juan y Andrés fingen un robo en casa de Nieves para convencer a los vecinos de que pongan puertas blindadas en sus casas. Por supuesto, ellos acuerdan una comisión con el Amigo de Andrés que instala las puertas. Pero los vecinos se enteran y al final, todos terminan sin puertas en sus casas.
Juan empieza a dar clases a un niña y José Miguel se enamora por primera vez. Entretanto, Lucía monta una guardería en casa para sacar dinero, y Belén cambia de agencia matrimonial y conoce a un hombre maravilloso.
A raíz de un conato de incendio por una colilla mal apagada, los vecinos prohíben fumar en el edificio. Los fumadores son en su mayoría no propietarios, como Belén y Emilio. Ambos deciden que es el momento de desengancharse y deciden hacerlo juntos, pero las consecuencias pueden ser imprevisibles.
Mientras tanto, Roberto, desesperado por recuperar a Lucía, finge estar con Belén. Pero Lucía se lo cree y, ante la sorpresa de su ex, piensa que ambos hacen muy buena pareja. Por último, Mauri también tiene problemas: se aproxima la fecha de la boda de Abel y Diego y no tiene con quien acudir, pues Bea no está por la labor.
Los vecinos, debido a la situación agónica en que se encuentran las cuentas de la comunidad, deciden recurrir a un administrador. La primera medida que acuerdan para reducir gastos es prescindir del portero y encargarse ellos mismos, por turnos, de las tareas de limpieza y recogida de basura. Emilio, al que le dan quince días para que abandone la portería, agobiado por su situación laboral, pero aún más por el acoso sexual al que Belén le tiene sometido, sufre un gatillazo con Carme.
Por su parte, Mauri empieza a estar preocupado por la edad y se ve lleno de arrugas. Carlos le aconseja que igual que su padre y recurra a las nuevas técnicas que ofrece la cirugía estética.
Lucía y Carlos comienzan su relación de convivencia, pero mientras Carlos intenta ir poco a poco para no equivocarse y no quiere aún acostarse, ellas está desesperada porque no ha vuelto a tener relaciones sexuales desde que lo de dejó con Roberto.
A Emilio le cumple el plazo para abandonar la portería y decide declararle la guerra a la comunidad. Acampa delante de la portería y, aconsejado por Carmen, demanda a la comunidad por los años que ha estado trabajando sin contrato. Comienza una guerra en la que Emilio va a contar con algunos aliados, aunque, al final, siempre lo sean por su propio interés.
Carlos y Lucía siguen como pareja y descubren los celos. Lucía, harta de ser una mantenida, pone un sitio de masajes en la portería y contrata a un fisioterapeuta, pero, entretanto, en Natalia aflora un repentino interés por Carlos.
Mauri, por su parte, va a tener que elegir entre volver con Fernando que se lo ha pedido y parece que ahora va en serio, y Diego, que ya se arrepiente de haberse casado.
El administrador se hace eco de las peticiones de los vecinos y entre todos destituyen a Juan como presidente de esta nuestra comunidad. Ante la ausencia de candidatos se hace el pertinente sorteo y al que le toca la suerte es a Mauri.
Él intenta escaquearse, pero el administrador le advierte que, sin causa justificada, es delito no acatar las decisiones de la junta de vecinos. Pero he aquí que Ezequiel tiene sarampión y se lo contagia a Mauri y, como tener una enfermedad grave es un eximente, se inventa que es un desconocido virus de origen africano que le ha pegado Fernando al volver de unas vacaciones.
El problema es que parte de los vecinos no han pasado el sarampión la cosa empieza a propagarse por todo el edificio.
La comunidad obliga a Mauri a seguir siendo presidente y para cobrar las cuotas pendientes que debe Concha, instala una máquina tragaperras.
Efectivamente, Concha, Vicenta y Marisa agotan sus pensiones en la máquina, pero la sorpresa la da Isabel, que se engancha al juego hasta el punto de hacer sospechar a Juan de que tiene un amante.
Por otra parte, Lucía y Carlos siguen con los preparativos de boda, pero reaparece Alba, ya embarazadísima, y le confiesa a Carlos que el niño es el fruto del pasional encuentro que tuvieron en Nochebuena.
Mauri decide adoptar la postura de presidente pasota hasta agotar le legislatura y en el vecindario reina la anarquía: Lucía instala el aire acondicionado, las señoras una parabólica y Mariano una piscina en la azotea . Lo que no ha calculado Mariano es que el peso de la piscina y el de Concha van a hundir el techo de la casa de Lucía.
Entretanto, Nieves reconoce el fracaso en su intento de conseguir una familia y se va del edificio. Pone el piso en alquiler y deja a Emilio encargado de enseñarlo.
Lucía cancela la boda y su padre, que ya ha hecho los preparativos, le pide que lo reconsidere. Roberto se ofrece voluntario para casarse con ella y Lucía acepta, pero Carlos, arrepentido, le pide perdón y Lucía también acepta.
Por último, Belén, celosa de que Lucía tenga dos pretendientes y ella ninguno, conoce a un chico que resulta ser un gran aficionado al deporte. Ella por supuesto, también se declara gran deportista y se van a juntos a practicar ciclismo.
Lucía invita a todos los vecinos a su boda, pero a cambio quiere un regalo. Como ya tiene la casa amueblada, les pasa una lista de bodas llena de caprichos caros y los vecinos deciden unirse para regalarle un sillón relajante. Lo trasladan en secreto a la comunidad donde todos quieren probar sus masajes. Por otra, parte la comunidad se divide entre chicos y chicas para acudir a las respectivas despedidas de solteros, pero Mauri y Fernando muy bien donde encajar. Mauri, harto de que sea Fernando el que parezca que tiene menos pluma, cambia los papeles y le manda a la despedida de las chicas, mientras él se va con los chicos.
Por último, Juan quiere retomar la vida familiar, pero sus hijos no le hacen caso. Isabel le hace ver que ya son mayores, pero a Juan se le ocurre la idea de tener otro hijo, idea que a Isabel no comparte en absoluto aunque se dispongan a intentarlo.
Los preparativos de la boda siguen adelante y los de Lucía y Roberto también. Además, justo el día anterior, la comunidad de vecinos se entera de los cuernos que Roberto le puso a Lucía con la azafata.
Por otra parte, José Miguel tiene otro incidente con la policía por los grafitis y deciden mandarle a un internado a Irlanda. Natalia, con el dinero ahorrado en el videoclub, también se ha independizado y Alex está en Ibiza poniendo copas. Juan e Isabel están, al fin, solos, pero entonces descubren que se aburren.
Una antigua amante de Mariano, a la que hacía ocho años que no veía, reaparece en su vida tras la muerte de su marido. Pero durante los veintiséis años que estuvieron de amantes Mariano le había estado mintiendo sobre su vida y recurre a Juan Cuesta para que le deje a su casa y preparar allí una cena romántica.
Lucía no quiere saber nada del viaje de novios pero los vecinos sí. Le organizan una fiesta sorpresa y ella, aunque está enfadada con todos –y más aún con Roberto, qué está muy arrepentido-, les pasa los billetes para que los sorteen. Ahí empiezan los problemas.
Emilio y Belén retoman su relación y, además, Emilio consigue sus primeras vacaciones. No les han tocado los billetes pero Ana, como trabaja de azafata, les consigue unos gratis para Cuba. El problema es que Belén no ha salido nunca de España, y Emilio ni tan siquiera ha montado alguna vez en avión. Otro problema añadido para Emilio es qué hacer con su padre, así que lo lleva engañando a una residencia.
Por otra parte, Isabel y Juan toman la decisión de adoptar un niño, pero no van a ser ellos solos, ya que Mauri y Fernando también se deciden porque ven que Bea va rehaciendo cada día su vida y disfrutan de Ezequiel cada vez menos.
Bea y Carmen atraviesan la pared de los Cuesta con una broca para colgar un cuadro. Carmen se harta y decide cambiarse de piso.
Por otra parte Belén encuentra trabajo en una piscina en la que el presidente de la comunidad le acosa sexualmente; al final deja ese trabajo.
Los nuevos inquilinos del 2ºB (Juan Luis y Rafa) nada más llegar realizan una fiesta la cuál incomoda a Juan, aunque se queda en ésta durante todo la noche. Juan Luis se liga a Carmen para aprovechar para operarle.
Mauri le regala a Chechu, el nuevo hijo adoptado de Fernando y Mauri, una guitarra para que aprenda y se aparte de la delincuencia, pero Concha tras recibir chiquilladas por parte de José Miguel y Chechu llama a los servicios sociales para llevárselo.
Finalmente, Lucía chantajea a Roberto con la boda, ya que el Padre Miguel no llevó los papeles al registro.
Es verano, y Rafael el padre de Lucía, invita a toda la comunidad a una Residencia en Benidorm, ya que Rafael lleva mucho tiempo hacerse con el edificio entero; su táctica es quemar el edificio cuando este vacío, pero el problema es que no se queda del todo vacío.
Allí toda la comunidad tiene una gran cantidad de problemas entre todos…
Belén y Emilio se van a un Camping, pero al final el plan no sale bien y Belén vuelve a su casa y Emilio se va con todos a la Residencia, pero allí le espera tener que limpiar los suelos…
